MUJER CICLICA, LA MAGIA DE SER MUJER

Durante muchos años hemos estado desconectadas de nuestro cuerpo desde nuestra naturaleza cíclica. La sociedad, la educación y las tradiciones patriarcales, nos han enseñado que tenemos que comportarnos siempre igual, que el tener cambios de humor, inestabilidad, caprichos, sentirnos emotivas es más una naturaleza impredecible e histérica de la mujer. Hemos permitido que poco a poco nos desconecten de nuestra magia, nuestra sabiduría y esencia femenina que como mujeres nos lleva a nuestra verdadera naturaleza “La Magia de ser Mujer”

          Hemos sido entrenadas para ignorar los gritos de nuestro útero y corazón, que nos ruegan que cumplamos con la razón por la cual nos habita. Hemos sido condicionadas a no confiar en nuestro conocimiento intuitivo, de que estamos aquí para contribuir con algo muy poderoso al mundo “El Poder de Crear”. Creamos no solo vidas, sino también creamos desde el corazón y le imprimimos esa energía a lo que le damos forma, le damos vida.

          Si están leyendo estas palabras lo sabes, lo sientes y tal vez por un tiempo lo creíste, pero te puedes haber quedado atascada, desanimada y cambiaste tu enfoque, el mundo que nos rodea nos recuerda esto constantemente, a través de factores estresantes, confusión, ansiedad y toda una lista de cosas que nos roban nuestra atención a nuestro ciclo vital de menstruación. Es por ello, que debemos tomarnos un tiempo para reiniciar, encontrar la manera de estar presentes, tener claridad y mantenernos fieles a quienes somos, a nuestra esencia femenina, nuestra ciclicidad, nuestra conexión creativa e intuitiva, llevándonos a destacar a pesar de todas las fuerzas que intentan distraernos de ella.

          Somos cíclicas, circulares y ésta naturaleza se manifiesta en estados de ánimo cambiantes, con diferente intensidad en el pulso sexual y características de comportamiento que nos aportan mayor entrega y profundidad, teniendo tendencia a mayor conexión con un otro.

          Estamos conectadas a los ritmos, a las estaciones de la naturaleza y la luna, y esos ritmos están alineados a nuestras fases del ciclo menstrual, las cuales van determinando los cambios de nuestro nivel de hormonas que se modifican a lo largo del ciclo menstrual, impactando en la vida de la mujer a nivel físico, experiencial, en la forma de pensar y sentir.

Tenemos un ciclo hormonal que se divide en 2 fases, la primera fase que es la primera mitad del ciclo llamada Fase Folicular que a su vez comprende 2 fases una es donde el ovario se prepara para la ovulación y la otra donde el útero se prepara para recibir al ovulo con la posibilidad de fecundación. La segunda Fase que se denomina Fase Lútea, igualmente comprende la fase donde el ovulo al no ser fecundado se prepara para la limpieza del útero y la última fase es la menstruación, y así nos preparamos para el siguiente ciclo. En cada una el nivel de hormonas va cambiando y cada una aporta cierto coctel de información que viaja por nuestro cuerpo mandando señales y produciendo estos cambios que percibimos,

El autoconocimiento y la auto observación es la manera como las mujeres nos acercamos a la sabiduría de la matriz y sus ciclos, esto nos pertenece y este es el momento de recuperarla. Tenemos la posibilidad de comprendernos en mayor profundidad y comenzar a entablar un lazo amoroso con nosotras mismas y nuestro cuerpo femenino.

Cada mujer tiene un ciclo propio por ello es sumamente importante llevar una observación a través de bitácoras y anotaciones propias, ya que no todas las mujeres tienen ciclos de 28 días y ovulan el día 14. Estos ciclos pueden ser un poco más largos, además de cambiante mes a mes.

 Llevar el registro de tu comportamiento cíclico, te va a permitir determinar tu patrón de ciclícidad y observar cómo te sientes en cada etapa del ciclo, que aspectos de tu vida van cambiando, como sientes tu energía, tu creatividad, tu sexualidad y desde allí puedas aprovechar cada etapa. Es importante recopilar la mayor cantidad de información que puedas, registrando tus síntomas, cantidad de flujo, colores del sangrado, estado de ánimo, pensamientos, como te provocó vestirte, actividad sexual, alimentación, ejercicio físico, concentración, creatividad, sentimientos y otros que desees incorporar. Al final de un trimestre, ya puedes ir percibiendo si existe un patrón en cada etapa, y por supuesto mientras mayor registro lleves mayor información podrás tener a lo largo del tiempo para poder organizar tu vida y sacarle el mayor provecho.

En el live que tengo colgado en mi Facebook puedes escuchar un encuentro que organizó Mayte Gerpe de Descúbrete Mujer Completa y en el cuál participamos a parte de mi persona, Azucena Sánchez Pérez y Pamela de Acariciando tu Ser (aunque no se pudo conectar), todas grandes mujeres, para dar cierre al mes de mayo sobre la visibilidad del ciclo menstrual. En el explicamos cómo hacer una pulsera de control menstrual, además de conversar sobre temas muy interesantes relacionados con nuestro ciclo menstrual, el cuál te invito a escucharlo y te aseguró que te sentirás muy identificada tanto si estás sangrando, como si estás en el camino de la menopausia.

 Con la confección y diseño de esta pulsera, puedes desplegar toda tu creatividad, para poner tu ciclo en una obra de arte creada por tu inspiración. Cada eslabón tejido es un día de tu ciclo y en él puedes colocar algún color o algún implemento decorativo para expresar tu estado de ánimo, cantidad de flujo, así como cualquier otro accesorio distintivo que quieras incorporar. Mes a mes puedes tejer la pulsera que te muestre tu ciclo y podrás observar tu patrón, además de cómo te sentiste cada mes y sus diferencias o similitudes. Puedes ir uniendo mes a mes las pulseras, así tendrás un collar, cinturón o pulsera en espiral, que te mostrará el poder del ciclo y como lo has ido viviendo.

Lo cierto, es que cada vez que se habla de menstruación la mayoría de las mujeres lo asocian con malestar, dolores, desánimo y un sin fin de malestares físicos que pueden llegar hasta 150 según fuentes y registros llevados desde hace muchos años. Todo está sintomatología ligada al miedo a tener un embarazo no deseado, hacen que la mujer recurra a diferentes fármacos que solo la llevan a mayor desconexión de su cuerpo y una salud afectada por los efectos secundarios en silencio y sin saberlo

Empezamos a usar diferentes píldoras y métodos anticonceptivos que nos conducen a cambios hormonales y que nos van produciendo desequilibrios internos y en consecuencia nuestra salud se ve afectada. Recuerda que tu estado natural es menstruar y la naturaleza nos lo muestra en los animales de sexo hembra, ellos se conectan sabiamente con sus ciclos y se lamen sus fluido, una acción ecológica y nutritiva para la madre tierra.

Otro aspecto que nos afecta es el miedo a manchar, a mostrar que estamos menstruando, pareciera que el que las personas vean que eres mujer o que estas en los días de sangrado es inapropiado. Nos han hecho sentir inadecuadas constantemente, y por eso usamos de forma más habitual toallas sanitarias y tampones como métodos de recogida o recolección de la sangre, sin embargo, no son los más saludables por los componentes con los que están fabricados.

Recientemente se está dando visibilidad a la copa menstrual, la cual proporciona una mayor seguridad e higiene, por estar fabricada de material hipoalergénico, impidiendo que la mujer desarrolle infecciones u otras afecciones que puedan generar un desequilibrio en la flora vaginal, la cual actúa como defensora frente a esta infección, además de no alterar el PH vaginal. Sin embargo, hay que tener cuidado con su uso prolongado ya que el peso interno generado, aunque es muy leve, pudiera afectar el suelo pélvico de algunas mujeres, por ello es bueno hacerse una revisión con una fisioterapeuta de suelo pélvico y así valorar su uso sin sufrir otras consecuencias.

      

 

El método más sano para la mujer es exponer su rio rojo, estar libre tal y como la naturaleza que nos integra dentro de la existencia del reino animal, pero para muchas mujeres esto les puede resultar un poco incómodo. Es hora de que nos conectemos con lo natural y la aprovechemos estando en sintonía con nuestra sabiduría interna. Ofrecer todas las mujeres nuestro sangrado con todos sus nutrientes a la madre tierra, puede compensar tanta contaminación que los humanos le generamos diariamente. Con este acto amoroso donde coloques tu sangre, florecerá, se abonará y las plantas te lo agradecerán.

Cada cambio que hagamos y cada acción que nos lleve a nuestra esencia de mujer, nuestro rol amoroso y sobre todo la conexión con nuestro cuerpo, nos conducirá sin duda alguna a mayor bienestar y salud. Es vital, que nos conozcamos, nos conectemos y nos entendamos y les transfiramos esta sabiduría a nuestras hijas e hijos, es hora de que entendamos nuestro ciclo, allí radica el verdadero poder. Dejemos atrás el misterio, los miedos, la culpa y la vergüenza y empecemos a dar voz a nuestra esencia, a que tu pareja, familia y entorno entiendan y abracen cada fase que experimentemos.

Es por ello, que las invito a que se informen, participen en círculos de mujeres, talleres de empoderamiento sexual y empiecen un recorrido en conexión con su esencia femenina. Todo lo que hagan, generará  grandes pasos de sanación y empezará una reconexión con su ciclo que las conducirá a sentir un cambio alejadas del dolor, malestar e incomodidad.

Por mi parte yo estoy aquí a tu servicio y seguiré dando información que te siga dando herramientas para que cada día te ames más. Si decides que quieres profundizar más, ya sea mi persona u otras compañeras que trabajen en esta área te acompañaran y guiarán con todo el amor.

Quiero cerrar este artículo con este bello Poema de Nikki Tajari, “Me imagino un mundo donde los periodos son amados, donde anticipamos entusiasmadas las ideas e inspiración recopiladas de ellas, donde esperamos el descanso como un retiro de fin de semana o vacaciones anuales, donde hablamos de ellos con cariño y entusiasmo, donde organizamos nuestro mundo para acomodarlos y apoyarlos, me imagino un mundo donde se siente tan bien sangrar”

Un fuerte abrazo.

Desde mi corazón me despido hasta el próximo artículo,

Yolanda Sánchez Pérez